Pocas cosas son tan placenteras como sentarse a conversar asuntos de cualquier naturaleza en una tasca de La Candelaria. Birra en mano y algunas tapas para pasar entre trago y trago, da paso a una inexplicable sinergia inmediata e inevitable. Entonces, se cumple aquella máxima nacida de un chiste que asegura que “citarse a beber solo una cerveza” es una de las tres mentiras más grandes del mundo.
La tasca es, tal vez, el concepto gastronómico más versátil del país. Singular mezcla de restaurante, bar, taguara, barra de paso, relajada sala de conferencias, punto de pre-despacho, mesa de negociación y negocios, incluso hasta comedor casi casero. Pero en todos los casos exenta de etiqueta, presupuestos específicos, donde el alcohol responde a los mismos preceptos.
Lo importante además del ambiente relajado y las bebidas oportunas, es que la comida sea sabrosa. El espíritu de La Candelaria con ese aire de fiesta y buena mesa, nació junto a la Caracas de los cincuenta, cuando era una urbe tan parecida a la Abu Dabi de hoy, en constante construcción, recursos sin límites y extranjeros recién llegados con ganas de trabajar. En ese contexto, pisa Venezuela José López, un asturiano que desde entonces ha dedicado sus días a la restauración, y junto a Higinio Alonso abrió La Cita. Sigue leyendo
Historias de Sobre Mesa 